Comunicado ante la detención de feministas

. martes, 19 de noviembre de 2013
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Este 17 de noviembre hemos visto de nuevo a la reacción apoderándose del cuerpo de las mujeres. Manifestaciones a nivel estatal de las que se autodenominan “asociaciones pro-vida” siempre y cuando sea antes del parto, cuya lucha se basa en reivindicar el derecho a la vida de un cigoto, pero no el de una vida digna una vez haya tenido lugar el parto al que han obligado a padecer una mujer. El discurso patriarcal vuelve a atacar de nuevo a la mujer y a uno de sus derechos primordiales, el de decidir como sujeto maduro, libre e independiente para elegir si ser madre o no, sin tener que dar explicaciones a nadie, pero como ya sabemos, las mujeres siempre tenemos que rendir cuentas de cada una de nuestras acciones y decisiones para posteriormente ser juzgadas.

La mujer ha sido el pilar esencial a lo largo de la Historia, como principal medio de producción social, el de la reproducción y crianza de las hijas y obreras que se les obligó a tener, para así perpetuar un sistema que posteriormente agravó sus condiciones con el desarrollo del capitalismo. Nos impusieron la maternidad para traer al mundo a esa fuerza de trabajo necesaria que sin nosotras no existiría, esa mano de obra sin la que nada funcionaría, y cuando se dieron una serie de condiciones y acontecimientos como guerras, ausencia de fuerza de trabajo, etc, el sistema volvió a acudir a nosotras para equilibrar la balanza. Se nos impuso esa condición biológica, no sólo de reproducción, sino de mantenimiento y subyugación a la institución de la familia, convirtiéndonos en el pilar más importante, pero más olvidado de la sociedad. Las mujeres que se atreven a poner en duda aquello para lo que fueron educadas, ya sea desde instituciones estatales y/o eclesiásticas, lobbys cristofascistas, la propia familia, su pareja, y en resumen, desde el sistema patriarcal, no sólo serán criminalizadas, también condenadas. Imponer una decisión ajena al propio cuerpo de la mujer que decide abortar es rechazarla como sujeto político maduro para poder actuar por sí misma, para romper lazos con la maternidad impuesta por ajenos a ella misma, empoderarse y actuar sobre su integridad, cuerpo, y su vida, como ella considere. No puede existir ningún tipo de coacción sobre su decisión. El aborto, o más bien, la libertad para decidir sobre cualquier aspecto que la afecte únicamente a ella, y no a células que quieren considerar desde debates metafísicos absurdos y contrarios al materialismo, sin tener que rendir cuentas ante nadie, sin tener que alegar que es por violación, por condiciones económicas adversas y cada vez más cruentas, o porque simplemente, no quiere “disfrutar” de la maternidad que tanto nos venden e imponen, esa maternidad obligatoria para que los hombres nos reconozcan como mujeres plenas.

Los medios de información sólo hacen voz de cinco detenidas que pertenecían a FEMEN, últimamente muy presente que silencian al resto de luchadoras. Sólo cinco participantes eran de FEMEN, las otras veinte mujeres de distintas asambleas no tan dadas a campañas de marketing publicitario, silenciadas. El problema no sólo es la censura y manipulación de los medios por este tipo de actos, sino la pasividad de los mismos que dicen luchar en nuestro bando. El ejercicio de reflexión nos lleva a observar como la lucha feminista siempre es considerada como una causa secundaria, supeditada a otras que consideran de mayor importancia, la emancipación del obrero, pero no de la obrera. Exigimos la libertad de cualquier detenido en una protesta como huelgas generales, mareas, pero en aquellas convocatorias que únicamente afectan a las mujeres, como en el caso del aborto,  y se ven acalladas e ignoradas por aquellos que se hacen llamar camaradas.

Estas mujeres luchadoras, unidas en un conjunto de movimientos feministas autogestionados, y que se autodenominaron “guerrilla abortista”,  han sido agredidas cuando han acudido a un acto de aquellos que quieren imponernos su voluntad, retenidas, y separadas en distintas comisarías de Madrid (21 en Huertas y a 6 en Moratalaz) para frenar e impedir una respuesta por esta manifestación de violencia patriarcal no sólo contra ellas, sino contra todas las mujeres. Las fuerzas represoras de la burguesía, lejos de dejar de cumplir la única función para la que han sido creados, las acusan de desplegar una pancarta y de irrumpir en la manifestación con lemas feministas, por lo que se les impondrán las sanciones correspondientes por protestar.  La valentía de estas mujeres, y su lucha incansable contra el patriarcado día a día las convierte en objetivo constante de una represión cada vez mayor. Ellas son nuestro paradigma, el ejemplo de las mujeres como vanguardia de nuestra lucha contra el patriarcado. Serán tachadas de radicales, locas, asesinas, brujas, feas, pero esto no es algo nuevo. Somos las hijas de las brujas a las que no pudisteis quemar.

Libertad para decidir, aborto para vivir.

Juventud Comunista en Vallekas.


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